Ho’oponopono puede ser milagroso

Cuando presenté Ho’oponopono en una cárcel de hombres en Argentina, uno de los presos compartió su experiencia cercana a la muerte. Nos dijo que él había llegado al hospital ya muerto con su vesícula perforada por una bala y ya no respiraba. Todo lo que recordaba era que cuando despertó había un policía a su lado que le dijo: “Ahora tienes otra oportunidad, puedes hacer diferentes elecciones, solo depende de ti”.

Luego me dijo que todo lo que yo les había dicho estaba en la Biblia y nos pidió permiso, tanto a mí como a los demás, para leernos un pasaje de la Biblia. Todos dijimos que sí.  Mientras él leía, de repente me di cuenta y cuando él terminó de leer le dije: “Tú elegiste regresar, eso significa que aún tienes algo importante que hacer y ese policía era en realidad un Ángel que se presentó para recordártelo”. Esto fue lo que me respondió: “Lo sé, porque jamás volví a verlo, no lo pude encontrar nunca más”.

Nos contó también que de cadena perpetua, le habían bajado ya a 30 años, luego a 15 y en ese momento su mamá se encontraba en la corte hablando con el juez sobre su caso. Un ejemplo de como causa y efecto actúan de adentro para afuera.

Estas son las oportunidades que han abierto mi mente: hablar a padres de niños autistas y con Síndrome de Down, a sordomudos, presentar en cárceles de hombres y mujeres, hospitales psiquiátricos, etc… y, lo que más me sigue llamando la atención, es la percepción que tengo de ellos cuando estoy allí. Ahora sé cómo es ver como Dios ve, sin opiniones ni juicios. Perfectos como somos.

Por eso este mes el tema que elegí para nuestra clase es: No resistas el mal. Si alguien se está comportando mal contigo, y en vez de concentrarte en la falta cometida (lo humano) te fijas en la Realidad (lo Divino), verás un cambio en la conducta del otro casi en forma inmediata.

El secreto está en mostrarle la otra mejilla. ¡Es como milagroso y más fácil de lo que te imaginas!

¡Te espero!