Cuando se trata de la evolución de nuestro planeta (y sus ciudadanos), es fácil levantar las manos y sentirse impotentes. Tenemos océanos que se calientan, capas de hielo que se derriten, falta de viviendas, pobreza, violencia y disturbios civiles. Es fácil creer que somos un planeta que se está deteriorando y retrocediendo.
Afortunadamente, soy optimista y creo que estamos empezando a despertar y a darnos cuenta de que la evolución está en nuestras manos y que el cambio comienza con cada uno de nosotros. De hecho, creo que una nueva y maravillosa evolución nos está esperando a todos. Estoy hablando de la evolución humana, el viaje a los estados del Ser y la conciencia más allá de nuestra imaginación. Y la mejor parte es que no tenemos que esperar 3.500 millones de años para experimentarla. Puede ser nuestro en toda una vida, o un mes, una semana, hoy.
Déjame decirte, nunca ha habido un momento más importante que ahora para que evoluciones hacia lo que estabas destinado a ser. El mundo necesita tus dones más que nunca.
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Ahora, para que evolucionemos como humanos, primero debemos preguntarnos hacia dónde nos dirigimos. Como dijo el gran poeta Rumi, hace mucho tiempo: “Somos lo que buscamos”. Y creo que si queremos evolucionar como humanos, debemos dejar de buscar poder y posesiones y comenzar a buscar el amor y la consciencia.
Aquí está lo hermoso: no podemos hacer esto a menos que comencemos a explorar nuestros mundos internos. No hay otra manera. La forma más fácil de explorar los mundos internos es que dejemos de confiar en nuestros cinco sentidos y comencemos a confiar en lo invisible (lo que sentimos y sabemos en nuestros corazones). Debemos dejar la mente y abrazar la parte eterna de lo que somos.
A medida que emprendemos este viaje interior para evolucionar como humanos, debemos recordar estar en este mundo, pero no ser de él.
Sí, podemos poner techos sobre nuestras cabezas, alimentar y vestir a nuestras familias, encontrar trabajo y abrazar nuestros preciosos dones, pero también debemos darnos cuenta de que lo que más importa vive en el interior: nuestro espíritu y conciencia. Creo que es maravilloso que solo evolucionaremos verdaderamente como seres humanos cuando reconozcamos que somos seres espirituales.
Y como parte de esta evolución natural, nos convertiremos en mejores seres humanos y ciudadanos de la tierra, más amables y compasivos, pacíficos y amorosos. Esta evolución nos llevará a vivir vidas más felices y abundantes mientras creamos un mundo mejor.
No sé tú, pero este es el viaje que yo quiero tomar. Espero que te unas a mí.
Con amor,
Mabel Katz
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