Palabras como propósito, paz, sentido de vida, felicidad, limpieza, soltar, confiar, posibilidades, y re-creación, cobran un profundo significado en cada una de nuestras travesías del alma
Algo ocurre cuando estamos viajando en nuestros grupos: nos convertimos en familia, se genera un campo energético que nos permite borrar juntos memorias que han estado limitando nuestra realización y afectando nuestro disfrute del camino.
Cuando viajamos en esta familia escogida nos convertimos en transeúntes de un camino más fácil, logramos sumar apreciación, sentido, paz y amor a nuestras vidas. Cada viaje propuesto tiene un sentido manifiesto y un sentido superior.
Lo manifiesto corresponde al plano físico de la existencia, a motivarnos a cambiar de ambiente, a conocer cosas nuevas, para encontrarnos y disfrutar; mientras que lo segundo: el sentido superior, es aún más profundo, corresponde a esa limpieza de la que somos parte, pero que va más allá, que nos lleva a entregar a la Divinidad aquello que ha limitado nuestro avance, a reconocer que confiamos en nuestra entrega a Dios.